Generalmente en el circuito de profesionales se puede observar que los grandes jugadores de putt, casi siempre están entre los primeros puestos de los campeonatos; esto quiere decir que aproximadamente el 40% de los golpes es de putts; por esta razón se debe aprender correctamente la técnica de estos golpes y practicarlos con más frecuencia para poder conseguir un tacto de distancia adecuado, con el fin de poder controlar la línea de la ejecución del golpe.

Existen muchas maneras de colocarse en frente de la bola con el putt; algunos jugadores se posicionan muy inclinados, otros rectos, pero la manera más ortodoxa es la siguiente:

* La cara del palo debe estar apuntando al objetivo con la base del palo totalmente apoyada en el suelo para poder determinar lo lejos que se debe estar con respecto de la bola.

* El grip más aconsejable es el que se coloca primero la mano izquierda, a continuación la derecha por debajo con todos los dedos juntos y por último se saca el índice de la mano izquierda y se monta en los cuatro dedos de la mano derecha; con esto, se consigue que las manos se mantengan rectas controlando la cara del palo.

* El cuerpo tiene que estar totalmente paralelo a la línea de la cara del palo con respecto del hoyo; esta parte de la técnica es muy importante porque la colocación de los hombros, caderas y pies va a determinar en qué línea se moverá el palo o sea, si el cuerpo apunta muy a la izquierda con respecto de la línea del objetivo, el palo se moverá abierto con respecto de la posición del cuerpo y en el caso contrario se moverá muy cerrado para poder compensar esa colocación.

* Una vez que se tiene la colocación adecuada, la ejecución del golpe se facilita mucho. En primer lugar se debe tener en cuenta que la fuerza es más importante que la línea, porque con la velocidad del palo se puede dar más o menos caída en los putts. Debe existir una proporción del tamaño de la subida con respecto a la bajada para que la velocidad del putt sea la idónea y por otra parte, la línea de la subida debe ser ligeramente por dentro con respecto a la línea del objetivo, manteniendo la cara del palo en todo momento recta con respecto al sitio que se apunta.