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Calidad de vida
“Andalucía podría ser el destino número uno de GOLF de toda Europa”

C.H Guarch

El mundo actual aspira a una mejor calidad de vida. Es por lo que todos luchamos sin escatimar esfuerzos, intentando lograr el mejor de los mundos posibles, aún con la certeza que nos da la experiencia y el conocimiento de que no existe un mundo perfecto.

España ha pasado en los últimos veinticinco años a convertirse en un país moderno, avanzado, democrático, donde se palpa esa calidad en todo lo que nos rodea, en las nuevas infraestructuras, las nuevas edificaciones, el parque de vehículos, los servicios y dotaciones. Mucha gente joven cree que siempre ha sido así y no llegan a percibir el progreso, porque no han conocido lo anterior. Es evidente que eso se debe a un esfuerzo realizado entre todos y para todos, y todos debemos sentirnos por tanto satisfechos de haber participado y, de alguna manera, haber conseguido ese trascendental salto.

Sin embargo, queda mucho por hacer y además estamos todos sumergidos, y al decir todos ahora, me refiero al planeta, a todas las naciones, en ese empeño, en una carrera desenfrenada por no quedarse atrás y por llegar cuanto antes a las metas que se van estableciendo.

¿Cuál es nuestro destino como país? Creo que nunca seremos una gran potencia industrial, tampoco parece que vayamos a convertirnos en la punta de lanza del progreso tecnológico al estilo de California o Taiwán, tenemos muchas limitaciones y condicionamientos naturales para ello y, por tanto, no es fácil la competencia sin piedad y a veces casi sin ley que nos va a provocar procesos de deslocalización industrial, que tendremos que compensar con la creación de otro tipo de actividades del sector de servicios, porque en eso nuestro país sí es idóneo y además ahí poseemos un gran bagaje, un "know-how", que nos permite mirar con cierto optimismo el futuro aunque tengamos también la certeza de que tenemos que hacerlo especialmente bien, cometiendo los mínimos fallos posibles, sin bajar la guardia, especializándonos cada vez más, mejorando nuestras infraestructuras viarias, aeroportuarias, portuarias, de servicios, hoteleros, administrativos, etc. etc.

Está todo por hacer y una de las cosas que están por hacer son los "resorts" de última generación, que se conviertan en imanes enormemente atractivos para el nuevo turismo, que poco tiene que ver con el que existía hace veinticinco o treinta años, cuando llegaban aquellos Peugeot y Renault con matrículas negras procedentes de Francia, a descubrir nuestras bellezas naturales, nuestras playas olvidadas y perdidas, y la gastronomía local de los espetos de sardinas, que dejaban todo el ambiente impregnado de ese tufillo predemocrático de pescadito frito, de cambiarse los bañadores con el cuerpo lleno de arena, con la puerta semiabierta del coche, porque aquel tiempo ya pasó, ha terminado, pero fue la antesala del gran cambio que nos está conduciendo hacia el futuro.

Somos una de las principales naciones en cuanto a la recepción del turismo. Tenemos un reconocimiento internacional en nuestro saber hacer y en cómo somos capaces de vender nuestro impresionante país, ahora también a nivel cultural y gastronómico, pero ya con las especializaciones de enólogos y cocineros de la "nouvell cuisine", porque estamos demostrando que en eso también podemos ser los mejores. Pero este país situado en la zona templada del globo, tiene un problema de competencia con los lugares tropicales, donde siempre es primavera, o siempre es verano, y es que aquí existe algo que se llama estacionalidad, y la estacionalidad provoca serios problemas en cuanto a la continuidad de los establecimientos hoteleros y los complejos turísticos, porque la temperatura del agua y del ambiente baja por debajo del umbral de confort y, entonces, la gente va a lugares más cálidos, buscando precisamente eso.

¿Cómo se puede evitar esa estacionalidad? Tengo la certeza de que los campos de golf pueden colaborar definitivamente en ello. El golf es un deporte idóneo para el clima de nuestro país y, sin embargo, por algún motivo existe una pugna entre los promotores que quieren crear nuevos campos de golf y la Administración, cierto que fundamentalmente en Andalucía, que podría ser el destino número uno de golf de toda Europa y, por tanto, de la zona más avanzada y más rica del mundo. A la gente le encanta jugar al golf, el que coge un palo por primera vez, no comprende cómo ha podido estar el resto de su vida hasta ese momento sin jugar a ese juego maravilloso, que se convierte en un reto personal en cada una de las fases del juego, donde hay que aprender a ser humilde, que sirve para mejorar también la forma física, que es idóneo para la tercera edad, porque se puede jugar en edades muy avanzadas, casi hasta el último día de la vida, que significa un largo paseo en un jardín cuidado y en un entorno privilegiado, donde los animales buscan sus humedales, cada vez más escasos, para descansar en las interminables etapas de las migraciones para anidar, y muchos de ellos se transforman en sedentarios cuando comprenden que el entorno del campo de golf, se convierte en el mejor lugar para su subsistencia y para criar a los suyos.

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